Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Corintios 15, 48-56

48 Como el hombre terreno, así son los hombres terrenos; como el
celeste, así serán los celestes.

49 Y del mismo modo que hemos llevado la imagen del hombre
terreno, llevaremos también la imagen del celeste.


50 Os digo esto, hermanos: La carne y la sangre no pueden heredar el
Reino de los cielos: ni la corrupción hereda la incorrupción.

51 ¡Mirad! Os revelo un misterio: No moriremos todos, mas todos
seremos transformados.

52 En un instante, en un pestañear de ojos, al toque de la trompeta
final, pues sonará la trompeta, los muertos resucitarán incorruptibles
y
nosotros seremos transformados.

53 En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de
incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad.

54 Y cuando este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y este
ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que
está escrita: = La muerte ha sido devorada en la victoria. =

55 = ¿Dónde está, oh muerte, = tu victoria? = ¿Dónde está, oh muerte,
tu aguijón? =

56 El aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, la Ley.